Estudiante de medicina espera ser la doctora que sus padres necesitaban cuando ella era niña
Por Genaro C. Armas, 91ÊÓƵ News
Melissa Rodríguez Mendoza creció en Chicago y su idea inicial era trabajar en la industria de la moda. Las visitas a los consultorios médicos con sus padres le hicieron cambiar de parecer.
Sus padres, inmigrantes mexicanos, hablaban principalmente español y tenían problemas para encontrar médicos que hablaran su idioma. Melissa acompañaba a su padre y a su madre a las visitas médicas y les servía de intérprete.
Cuando llegó el momento de solicitar la admisión a la universidad, Melissa decidió seguir programas preparatorios de medicina con el objetivo de formarse como médica. Ahora es estudiante de medicina de tercer año en la Universidad Autónoma de Guadalajara, en México, y está de vuelta en Chicago para realizar sus rotaciones clínicas.
Ella está comprometida a echar abajo barreras que se interponen ante el cuidado de la salud de la comunidad latina.
"Al ver las dificultades de mis padres mientras navegaban por el sistema de salud me di cuenta de que había necesidad de trabajadores del cuidado de la salud, especialmente médicos, que hablaran español", dijo Melissa. "Esta exposición temprana fue lo que me inspiró a ser la médica que mis padres necesitaban en aquel entonces".
El español es el segundo idioma más comúnmente hablado en Estados Unidos y cerca del 13% de la población total habla ese idioma en el hogar, según .
Aunque los en American Family Physician mostraron que más del 22% de los médicos de familia dicen que hablan español, en muchos condados de Estados Unidos donde una gran proporción de la población habla ese idioma la cantidad de médicos de familia que hablan español era "inadecuada". De hecho, 222 condados en los cuales más del 20% de la población habla español carecían de médicos de familia que hablaran español.
Tener un médico que hable español por cada 1,500 personas que hablen ese idioma en una comunidad se consideró una proporción adecuada, según el estudio. Un grupo de comunidades en el área de Chicago y en la región noreste de Illinois tenía una proporción superior a 1,500 a 1.
"A medida que la población de Estados Unidos continúa diversificándose, es cada vez más importante el reclutamiento de estudiantes de medicina que hablen español para servir a las poblaciones hispanohablantes, así como la enseñanza del idioma español en las facultades de medicina y en los programas de residencia en medicina familiar", escribieron los autores del estudio.
Melissa observó el impacto de las barreras idiomáticas en su comunidad en general. Después de asistir a Roosevelt University en Chicago trabajó como asistente médica en una clínica de atención primaria que necesitaba sus servicios de interpretación para pacientes que hablaban español.
Se dio cuenta que los pacientes necesitaban más que un intérprete. Melissa estudió para formarse como educadora certificada en diabetes para ayudar a los pacientes a manejar la diabetes y otras afecciones médicas crónicas.
"Así fue como surgió mi interés en las enfermedades cardiometabólicas", dijo ella. "Encontré que eran realmente fascinantes, especialmente al ver cómo afectaban a personas parecidas a mí y a mis familiares".
Melissa eligió matricularse en la facultad de medicina de la ciudad natal de su madre, Guadalajara, en el estado mexicano de Jalisco. Comenzó sus estudios en julio del 2020 y tuvo que campear los desafíos que trajo el ajuste a un nuevo hogar a principios de la pandemia del COVID-19.
Ella perseveró. Actualmente es estudiante de tercer año de medicina y fue elegida como becaria por el programa de tutoría de la 91ÊÓƵ.
El programa tiene como objetivos lograr la participación de los estudiantes de medicina mediante redes de contactos, tutoría y oportunidades de desarrollo, así como diversificar la futura fuerza laboral del cuidado de la salud y promover la salud cardiovascular para todas las poblaciones.
Los estudiantes internacionales de las facultades de medicina con frecuencia no están representados en programas que les permitan relacionarse con tutores y otros aspirantes a médicos procedentes de facultades de medicina fuera de Estados Unidos, dijo Melissa.
"Y ahora, tengo la dicha de estar de vuelta en Chicago para mis rotaciones clínicas, y puedo aportar esta sensibilidad cultural y defensoría no solo para las personas de ascendencia mexicana, sino para todos los latinos en Estados Unidos", dijo ella. "Es un verdadero honor".
Una de sus primeras pacientes no oficiales podría ser su admiradora más ferviente.
Su madre, Guillermina Rodríguez, recordó una reciente visita al hospital para una cirugía. Como siempre, Melissa estuvo a su lado, guiando a sus padres por el proceso.
Melissa no solo va en camino de convertirse en la primera persona de su familia en convertirse en médico, sino que también fue la primera graduada universitaria. Desde entonces, sus dos hermanas menores también se graduaron de la universidad.
"Puedo decir que ella lo hace bien y que es algo que le apasiona", dijo una sonriente Guillermina sobre los estudios de medicina de su hija. "No tengo palabras para explicar cuán orgullosa estoy de ella".